¿Que gana Google ofreciendo DNS públicas?

Ya llevamos un par de días con las DNS que ofrece Google y, como a menudo sucede con casi todo lo de la empresa, han surgido básicamente dos frentes opuestos.

El primer frente es el de ese segmento de usuarios que se abalanza a probar lo nuevo a cualquier precio. Es ese usuario que dice si es de Google y es gratis, seguro que es bueno para una vez metido en el tema, detenerse y preguntarse para que sirve. El otro gran grupo de usuarios es el que argumenta que de esta forma, la compañía avanza hacia una dominación mundial de la red, y que en breve, el buscador sabrá hasta nuestra talla de ropa interior.

Al margen de la utilidad y eficacia de las DNS de Google, tema en el cual no voy a entrar -de momento- hay un punto en que muy pocos se han detenido a observar. Para empezar, está el hecho de que las DNS gratis no es nada nuevo, y ya hay ofertas tan gratuitas como consolidadas en este terreno. Por lo tanto Google no innova en este sentido, no marca el futuro y no revoluciona nada. Entonces, ¿Que gana Google en todo esto?

Efectivamente el buscador puede conocer mucho mejor los hábitos de navegación del usuario, si este usa sus DNS, pero por extensión, el usuario puede verse invitado a visitar páginas que el buscador cree que pueden ser de su interés. Y la prueba está en uno de los servicios ya consolidados que comentamos hace unas líneas, como es el caso de OpenDNS, que es lo mismo que ofrece Google: DNS de forma gratuíta. Cuando se usa OpenDNS y se introduce mal una dirección web, el servicio te avisa de que eso no existe, pero ey, tal vez te puedan interesar los enlaces que te facilitamos a continuación… y estos enlaces són enlaces publicitarios.

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No entra en la cabeza de nadie que Google se limite a ofrecer DNS gratuitamente solo para mejorar la web con el potencial de conocimiento que se tiene y con todo lo que se puede obtener de ellas. Y si no, al tiempo.

Por cierto, las DNS que ofrece Google de forma totalmente gratuita son 8.8.8.8 y 8.8.4.4, por si te apetece probar lo que se prodiga de más velocidad en la navegación… que en realidad no es tanta.