El Ministerio de Cultura de España -en medio de otras batallas– considera que los ebooks son un bien básico, y ha rebajado del 16% al 4% el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) de estos dispositivos.
La acción supone calificar los ebooks como si de libros de papel se tratasen, y se responde así a una demanda del sector editorial, que prevee que en poco tiempo las ventas de libros electrónicos se acercarán a las ventas de libros convencionales.
El problema desde el punto de vista de muchos usuarios sigue siendo el hecho de que un ordenador, o una conexión a Internet, también permite la lectura de libros electrónicos, cuando solo estos dos ejemplos no disfrutan del mismo trato de los ebooks. Y es más: cualquier aparato electrónico que incluya un soporte magnético u óptico de grabación tienen un canon sobre su precio de venta al público (aparte del IVA) porque se considera que ese soporte se utilizará para grabar material sujeto a derechos de autor. Efectivamente, los ebooks también están sujetos a este impuesto, por lo tanto, lo que se descuenta por un lado, se suma por otro lado.
Pero en fin, menos da una piedra, dicen…
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